La autoevaluación puede no reflejar nuestra completa
personalidad, además de que las habilidades pueden variar dependiendo de las
circunstancias, entorno y personas a las que nos dirigimos.
La preocupación por los otros y la empatía puede influir negativamente
cuando es en demasía, ya que asumimos los problemas ajenos como si fueran
propios y puede llevarnos a la sobreprotección.
El problema de la escucha activa es interceptado, en
ocasiones, por la evaluación demasiado rápida de las personas y los hechos.
Expresión clara y convincente por creer siempre en lo que se
explica o defiende. Buen trabajo en equipo, aunque intento siempre que se crea
en lo que propongo al resto, con asertividad y analizando las opiniones
diversas.
Buena planificación de proyectos con una motivación
entusiasta que intenta contagiarse a los demás mediante la comunicación sin
reservas, ya sea de forma personal o por escrito.
Conocimiento profundo del centro, aunque sin buscar
relaciones interesadas. La organización de recursos es algo cotidiano y se
intenta la profesionalidad en todo momento. En momentos claves, la coordinación
es esencial, aunque creo en la reflexión en solitario.
La gestión de los conflictos y la negociación, como medio de
resolverlos, requiere de una planificación, asumiendo el riesgo del resultado.
Debo asumir el enfrentamiento con problemas como medio para mejorar.
La evaluación es certera aunque no sistemática ni recogida
convenientemente. Punto para mejorar, así como la gestión del tiempo, siendo
errática a veces y ordenada en otras ocasiones.
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